Blog del profe de la web "salvados puntocero - ciclos formativos de administración y gestión"

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Aquí encontrarás mis opiniones de los temas más variopintos, no necesariamente relacionado con los contenidos de los módulos. A los alumnos les animo a que expresen sus comentarios. Que analicen, que dicrepen, que juzguen, ...¡que piensen!...

miércoles, 22 de enero de 2014

La ideología machista del aborto

8ª semana
El presidente de la Comunidad Autónoma de Extremadura , José Antonio Monago (Quintana de la Serena, Badajoz, 1966) en el discurso de Fin de Año del 2013 (extraña manía de los presidentes autonómicos de parecerse al Rey con el discurso de Navidad cuando el Presidente del Gobierno no hace ninguno) dijo: “Como presidente del Gobierno, creo sinceramente que la ideología no tiene que introducirse en asuntos de estado como la educación, la sanidad o la dependencia y tampoco en materias tan sensibles como la reproducción asistida o la interrupción voluntaria del embarazo. “ Pues mire usted por dónde, defender el derecho a la educación y la sanidad y el derecho a la vida, como hace nuestra Constitución de 1978, es una decisión ideológica. Una ideología democrática y moderna que busca el bien y el progreso de la sociedad. A diferencia de las ideologías totalitarias que restringen estos derechos buscando el bien de la clase poderosa que gobierna.

En la cuestión del aborto hay que comenzar contestando a la pregunta de si el no nacido es un ser humano. La comunidad científica lo tiene claro (sobre todo tras las investigaciones practicadas con la fecundación “in vitro”) el no nacido en cualquiera de sus etapas forma parte de la especie humana. Podéis leer un extenso artículo al respecto elaborado por la Asociación Española de Bioética llamado “Inicio de la vida de cada ser humano ¿Qué hace humano el cuerpo del hombre?”. Cuando una mujer sufre un aborto espontáneo en las primeras semanas de gestación los que están a su alrededor dicen que “ha perdido a su hijo” no que “ha perdido a su embrión o a su feto”. Ella sufre un proceso de duelo similar al de la mujer que pierde a su hijo al mismo nacer. Si no fuera consciente de que lo que está gestando es un ser humano y que es su hijo no sufriría por su pérdida y tampoco sería un trauma tan grande provocar el aborto, algo que reconocen los mismos abortistas.

Según los datos oficiales, en el año 2012 con la actual ley del aborto, más del 90% de los abortos practicados en España se ha realizado “a petición de la mujer” y sin aducir ningún tipo de causa, sobre un total de 112.390 abortos (la mayor causa de mortalidad en España, podéis leer mi post “La ocultación del aborto” en el que hago un comentario sobre eso). Es decir, la gran mayoría de los abortos no se producen por situaciones límites como es el grave riesgo para la vida o salud de la embarazada (5,67%) o riesgo de graves anomalías en el feto (2,78%). Nos tenemos que preguntar, entonces, los motivos que llevan a las mujeres a plantearse la decisión, tan difícil y grave, entre tener a su hijo o abortarlo y la respuesta que le da la sociedad. Creo que es significativo que en el año 2012 el 33% de los abortos correspondieron a mujeres inmigrantes pero si nos vamos al año 2008 (cuando el índice de inmigración en España era superior) superaba el 55%. Podríamos deducir que en la mayoría de los casos nos encontraríamos con situaciones económicas muy difíciles, incluso extremas y una fuerte presión del entorno familiar desde ¿cómo vas a tener un hijo a tu edad (poner la que queráis)?, o ¿cómo vas a tener a tu hijo si no tienes para vivir?, o ¿cómo vas a tener a tu hijo si lo vas a criar sola?, o con amenazas por parte del padre del hijo ¡yo no quiero que tengas ese hijo, si lo tienes te dejo!, o peores todavía. En definitiva, un entorno que deja a la mujer sola para tomar una decisión tan grave y que la ve incapaz de salir adelante si decide seguir su embarazo. Un entorno marcado por una ideología eminentemente machista y no solamente sustentado por los hombres que tenga a su alrededor sino apoyada por las mujeres.

Ante esto, ¿qué respuesta le da el Estado?. Sólo se centra en el momento de tomar la decisión:“eres libre de abortar o no”. Pero, ¿y después?. Tome la decisión que tome la mujer va a necesitar ayuda.  Si decide abortar va a tener que pasar por el duelo de perder un hijo, como la mujer que aborta espontáneamente, pero agravado por el hecho de haberlo provocado ella con los daños psicológicos que eso conlleva. Ante esto el Estado le responde: “nadie te obligaba a abortar”. Y las clínicas privadas, donde se le ha practicado el aborto, se desentienden porque ellas van a lo que van, a ganar dinero. Si decide tener a su hijo no se van a resolver por arte de magia sus problemas económicos o familiares, salvo que la decisión estuviera planteada por el miedo a lo que iba a decir la familia si supiera que va a ser madre y en cambio cuando se lo dicen la apoyan hasta el final (que sucede más veces de lo que muchas mujeres piensan). Ante esto el Estado le responde: “nadie te obligaba  a no abortar”. Pero es que tampoco veo una reacción en el Gobierno actual para cambiar esta respuesta, como no la tuvo el Gobierno anterior. ¿Dónde se encuentran esas ayudas psicológicas, económicas y sociales que debe dar un Estado Social a aquellas mujeres que han abortado y a aquellas que han decidido seguir con su embarazo adelante, a las dos?

El peligro está cuando, en una sociedad democrática, la defensa de los derechos humanos y el progreso de la sociedad lo quiere abanderar de forma exclusiva y excluyente una corriente ideológica como puede ser la izquierda democrática haciendo suya la cita bíblica: “Quién no está conmigo está contra mí”, y autoproclamándose “progresistas”, en contra del que no piensa como ellos, de tal manera que ellos son los “buenos” y los otros son los “malos”. Y los otros se lo creen.

El progresista de izquierdas parte de un esquema simple: apoyo al débil, pacifismo, no violencia y defensa de la Naturaleza. La defensa del obrero frente al patrono, del niño frente al adulto, del negro frente al blanco; la oposición a las guerras, a las bombas atómicas y a la pena de muerte. Delibes hizo un análisis muy interesante sobre esto en su artículo “Aborto y progresismo” que copié en la primera entrada de este blog “Delibes y la Defensa de la Vida”.

Toda una serie de principios que podemos firmar cualquiera que busquemos el progreso de la sociedad. El problema les llega cuando aparece el aborto libre y la confrontación entre el no nacido y la madre. Traicionando sus principios abandonan a los más débiles: al no nacido y a la mujer. Sí, también a la mujer, por mucho que ellos digan lo contrario porque se desentienden de ella una vez que ha tomado su decisión sea la que sea. Las dejan solas para tomarla y, sobre todo, después descargando de toda responsabilidad al padre. Machismo en estado puro. ¿Cómo pueden pedir luego que el hombre asuma sus responsabilidades como padre?.

Curiosamente la respuesta social de apoyo y ayuda a la mujer, independientemente si ha tenido a su hijo o ha abortado, se está vertebrando a través de los distintos movimientos próvida que hay en España. Con asesoramiento psicológico y legal y con los distintos centros de acogida que hay repartidos por todo el país. El paso adelante, el esfuerzo que supone acompañar a la mujer a enfrentarse al día después y los que vienen lo están dando aquellos a los que la progresía moderna considera “los malos”.

En el margen izquierdo del blog podéis encontrar un enlace a la “Asociación Provida” donde encontraréis información de todos los apoyos que ofrecen.

Y tú, ¿qué opinas de todo esto? Deja un comentario y comencemos una conversación.

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