La otra noche volví a ver la película Invictus (Clint
Eastwood, 2009). La repusieron por la muerte de Nelson Mandela (Mvezo
(Sudáfrica), 1918 – Johanesburgo (Sudáfrica), 2013). La vida de Mandela está
llena de claroscuros. Su actividad política contra el apartheid en Sudáfrica comienza
de forma pacífica y pasa a una llamada a las armas, lo que le hace ser
considerado terrorista en su país y también por la ONU. Eso le lleva a la
cárcel con una condena a cadena perpetua. Tras 27 años es liberado en 1990 con
71 años de edad. Durante sus años en prisión se replantea su postura política.
Piensa que el perdón y la reconciliación es el único germen para acabar con el
odio y las desigualdades en su país. El autor del libro en el que se basa la
película, John Carlin (Londres (Gran Bretaña), 1956), dice que si hubiese
pensado que para lograr su objetivo era necesaria la guerra la hubiese
promovido. Cierto, pero no lo hizo. Pero no me quiero centrar en la figura de
Mandela, si no en el suceso al que se refiere la película: cómo ganar el
Campeonato del Mundo de Rugby.
Las enseñanzas que nos da la película las podemos extrapolar
a la situación que los alumnos podéis estar viviendo en esta época del año.
Llega la primera evaluación del curso y suelen aparecer dos preguntas
recurrentes: ¿soy capaz de sacar el curso? ¿esto es lo que quiero estudiar?. Y
según lo que os respondáis continuaréis a la vuelta de las vacaciones de
Navidad o no. Para ayudaros vamos a ver qué es lo que hicieron los
protagonistas de esta historia.
Primero: Se marcaron un objetivo claro. El objetivo no es el
mismo para Mandela que para Francois Pienaar (Veereninging (Sudáfrica), 1967),
capitán del equipo (lo utilizaré como representante de todo el equipo). ¿Pero
no era ganar el Campeonato del Mundo de Rugby? No, eso es un medio. Confundimos
muchas veces los medios con los objetivos. El objetivo de Mandela era conseguir
un referente común para blancos y negros como nación y como pueblo a través del
deporte. ¿Recordáis la victoria de España en el Mundial de Fútbol y el ¡yo soy
español, español, español…!?. Para Pienaar, posiblemente, el prestigio
profesional. Vosotros tenéis también que marcaros objetivos claros en la vida y
en vuestro futuro profesional. ¿No os preguntaban de pequeños qué querías ser
de mayor? Pues ya eres mayor. Qué quiero ser. Qué me gustaría hacer. Para qué
estoy capacitado. Qué se me da bien hacer. Apúntalos. Hazte una lista y
colócala en un lugar al que puedas acudir de vez en cuando.
Segundo: Se marcaron un medio para conseguirlo concreto. Ahora sí, ganar el
Campeonato del Mundo de Rugby. La posición de Mandela y del equipo de rugby era
distinta. Mandela no podía marcar puntos por lo que ejerció el liderazgo y la
motivación a través de Pienaar. ¿Y si no ganaban la final? No pasa nada habrían
avanzado en sus objetivos. Recordad, es un medio no un objetivo final. Buscar
los medios para conseguir vuestros objetivos. Qué es lo que tengo que hacer
para llegar a ese fin. ¿Lo que estoy haciendo me ayuda a alcanzar mis metas?.
Qué me falta por conseguir y cómo lo puedo conseguir. Si lo que estoy
estudiando me gusta y me ayuda a conseguir mis objetivos, adelante. Si no, es
posible que tengas que buscar otras opciones. Suelo decir que es mejor estudiar
algo que te gusta porque siempre hay tiempo para trabajar en algo que no te
guste.
Tercero: Cambiaron de mentalidad. Muy bien, había que ganar
el Campeonato del Mundo de Rugby. ¡Pero es que no ganaban un partido ni por
equivocación! En la película le pregunta Mandela a un asesor: “¿Qué
posibilidades tenemos de ganar?”. A lo que le contesta el asesor: “Los que
entienden dicen no podremos pasar de cuartos”. Y le responde Mandela: “Si fuese
por los que entienden tu y yo seguiríamos en la cárcel.” En la película “En busca de la felicidad” (Gabriele Muccino, 2006) el personaje de Will Smith (Filadelfia,
(EEUU), 1968) le dice a su hijo: “Nunca dejes que alguien te diga que tú no
puedes hacer algo. Ni siquiera yo” Y yo añadiría: “Y ni siquiera tu mismo”.
Muchas veces nosotros somos nuestros peores demonios. El otro día entregando
las notas de un examen unos alumnos, que habían suspendido, me decían: “¡es que
esto no lo puedo aprobar nunca!”. ¡Mentira! ¡Claro que se puede!. Otra
compañera decía: “pero es que a algunos les cuesta más que a otros”. Cierto,
pero cada uno con su capacidad tiene que dar lo mejor de sí mismo. No podemos
ser mediocres de nosotros mismos. Si es un 10, un 10; si es un 5, un 5. Pero no
saques un 5 pudiendo sacar un 7, ni suspendas pudiendo aprobar. Y si no lo
estás consiguiendo, cambia de estrategia. ¿Cómo quieres conseguir resultados distintos haciendo
siempre lo mismo?
Cuarto: ¿Y una vez conseguido?. Pues en la película viene el
fundido en negro y el fin, bueno ahora los títulos de crédito. Pero en la
realidad no hay fundido en negro. En una escena de la película “La Rosa Púrpura
del Cairo” (Woody Allen, 1985) después de que se besen la chica protagonista y
el chico que había salido de la pantalla del cine, el chico dice: "¿Y el fundido
en negro? - ¿Qué? - Siempre, cuando los besos son muy apasionados, y antes de
hacer el amor, hay un fundido en negro. - ¿Y qué ocurre? - Entonces hacemos el
amor en un lugar escondido y romántico. - Aquí no es así. - ¿No hay fundido en
negro?" Pues no, no hay fundido en negro. La realidad histórica nos ha dicho que
Mandela no ha conseguido su objetivo político. Sudáfrica sigue siendo un país
muy violento, con discriminación racial entre todas las razas, con grandes
diferencias sociales y con una fragmentación en su partido con una feroz lucha
por el poder. Pero aún así, consiguió avances y hasta que le acompañaron las
fuerzas (recordad tenía 71 años cuando salió de la cárcel y 75 cuando llegó a
la presidencia de Sudáfrica) siguió peleando por sus sueños. ¿Qué tenemos que
hacer nosotros cuando consigamos nuestros objetivos? Volver a la lista que os
propuse en el punto primero, esa que está en un sitio al que puedes acudir de
vez en cuando. Repasarla, tachar lo conseguido, luchar por lo que falta e,
incluso, añadir alguna cosa más. Y continúa con los puntos siguientes. ¡Vaya,
ahora que me acuerdo, tengo que buscar mi lista! ¿Dónde la habré dejado?.
Y tú, ¿qué
opinas de todo esto?. Deja tu comentario y empecemos una conversación.
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